«Ha sido fabuloso estar aquí, rodeado de generosidad y de talento, haciendo radio de autor en un momento crucial para el flamenco. Un momento en que se han reventado las fronteras y los cánones del flamenco y todo se ha hecho deprisa con la misma urgencia de un grafitero. Por eso el flamenco está como está… con sabor a sangre fresca… con olor a pintura goteando fuera del cuadro. Y hay una  multitud gritando que ¡ya está bien! que no se puede ir tan deprisa… que esas no son maneras. Y hay otra multitud callada conmocionada que acaba de llegar y que jamás había escuchado algo semejante.

Llevo 40 años alrededor del flamenco y nunca había escuchado tan buena música como en este momento, vale que a veces no se parece en nada a ese flamenco que es el que nos nutre y apasiona… A eso, a lo de ahora… lo pueden llamar jazz o le pueden llamar MÚSICA con mayúsculas y sin diminutivos, lo pueden llamar baile contemporáneo o pueden decir que tenemos unos guitarristas fabulosos. Da igual cómo lo llamen porque lo único importante es que lo escuchen y si no se emocionan, no pasa nada, volvemos a la mierda de costumbre y ya está. Y le digo lo mismo a los flamencos, que se acostumbren a escuchar buena música, la que viene de lejos y la del bar de al lado y que algún día en nuestras escuelas aprendamos a apreciar la música y a discutir sobre lo bueno y lo malo»